EL
LIBRO DE
LAS SEMILLAS
ACERTIJOS DE FELICIDAD
Gandía,
verano del 2012.
Querido amigo MARC:
La vida es toda una
aventura, ¿verdad?.
Leí en algún sitio, no
recuerdo donde, que la Felicidad
no existe, no es más que la suma de pequeños
o grandes momentos inolvidables.
Tengo que contarte algo
sorprendente, últimamente me siento
como una auténtica exploradora, y la historia
que te voy a contar te
va a sorprender.
Todo empezó hace unos
meses....cuando....
aquella
noche decidí explorar las estancias de aquel hotel fantástico. Era un Palacete
del siglo XIX, situado en la playa del Sardinero, en Santander. Tenía trece
habitaciones distribuidas en tres plantas, de estilo clásico y antiguo.
Me
fascinaba su decoración, la cantidad de cuadros que tenía y todo tipo de
objetos de decoración, algunos de una gran antigüedad.
No
se decirte la razón, pero de repetente me encontré delante de aquella puerta y
no me pude resistir a entrar. Lo que allí vi me fascinó.
Eran
cajitas de madera, porcelana, cerámica, hierro..., de diferentes formas y
colores. Alrededor, juguetes antiguos como si se tratara de colección, muñecas
con la cara, las manos y los pies de porcelana, y encima de un tocador una
cajita de música.
Abrí
la cajita, y una bailarina empezó a bailar mientras sonaba una música. Y cuando
terminó de bailar, un cajoncito se abrió. Dentro de un sobre había una tarjeta
con una especie de acertijo que decía:
“Si
quieres conseguir la Felicidad, los acertijos has de buscar”. El primero de ellos decía:
“Busca en un Palacio con nombre de bollería la
pista que te llevará al siguiente acertijo”.
Esa
noche no pude dormir, pensé que sería la broma de alguna niña o niño que vivió
allí. Hasta que al día siguiente mi padre dijo: nos vamos a la Península de la
Magdalena. Vaya nombre más raro, pensé. Y allí fuimos, era un Palacio
increible, enorme, situado enfrente de un gran acantilado que daba al mar
Cantábrico. Rodeado de un bosque, me dediqué a recoger enormes piñas. Y justo
debajo de un gran árbol encontré otra cajita misteriosa. Vaya, había encontrado
otro acertijo, claro había llegado al Palacio de la Magdalena de Santander.
Abrí
el sobre, y el segundo acertijo decía:
“Al pico más alto de tu continente habrás de subir,
frío pasarás, pero un acertijo de felicidad encontrarás”.
Entonces
recordé, que teníamos planeado para el día siguiente hacer una excursión a los
Picos de Europa, que están muy cerca de Santander. Y allí fuimos, me lo pasé en
grande, porque me encanta la nieve.
Lo
que más me gustó fue subir en el telesférico, era increible subir en una cabina
de cristal a tanta altura. Por cierto, mi madre lo pasó bastante mal, porque
tiene vértigo.
Cuando
llegamos arriba, todo estaba nevado y me puse a jugar con mi hermana a tirarnos
bolas de nieve. En la vida me lo había pasado tan bien.
Lancé
una bola de nieve que fue a parar detrás de una roca en forma de manzana, en la
que encontré otra cajita con otro acertijo.
El acertijo decía así:
“Si escuchas el canto de la sirena de hierro, un
día maravilloso pasarás”.
Marc
y no te lo vas a creer, pero adivina. Claro, al cabo de un tiempo, me encontré
con una sirena de hierro. A que no te lo crees. Yo también pensaba que eso de
las sirenas era un cuento, pero mira, ahí estaba.
Fue
uno de los días más divertidos, hacía un tiempo estupendo y me fascinó jugar
entre barcos y animales marinos.
Al
final del día pensé, la verdad es que cada vez que leo un acertijo de la
felicidad me lo paso de miedo. Lástima que todo al final se acaba. Pero, al
tiempo que pasaban los días, deseaba cada vez más encontrarme con otro acertijo
de la felicidad, porque eso significaba que si daba con él, me lo iba a pasar
fenomenal.
Se
me ocurrió mirar en la caracola de mar que la sirena de hierro llevaba en sus
manos, y no te lo vas a creer Marc, pero encontré otro acertijo, y esta vez
sonaba a música celestial.
El
acertijo decía así:
“Un amigo te invitará a un fantástico concierto, y
a partir de ese momento la música no te querrá abandonar jamás”.
Y así fue, al principio no lo
pude entender, hasta que mi gran
amigo Álvaro me invitó a un concierto. A partir de ese momento, la música se hizo una de mis mejores
amigas. Sin buscarlo, de una
manera o de otra terminaba disfrutando de fantásticos
espectáculos musicales. Que no te lo crees, pues observa.
Tres acertijos seguidos
encontré al salir del concierto, detrás del telón de terciopelo rojo que cubría el
escenario. Y decían así:
1.-
“Al escucharme reirás y llorarás, pero muy bien te lo pasarás.”
2.-
“Si dejas volar tu imaginación volaras a un lejano país.”
3.-
“Un rujido en la selva despertará todos tus sentidos, aunque en un sueño creas estar.”
Pasaron las semanas, y algo
fantástico ocurrió. Alguien me pidió participar en un gran acto a favor de los más necesitados. Debía cantar con el coro del colegio. Era un gran
reto, pues se trataba nada
más y nada menos que estrenar una composición musical
creada como himno para una organización que se dedica a crear escuelas en África, era para Globalmón.
Marc a que es difícil de creer,
pues es cierto, mira una foto del
ensayo de ese día. Aunque estaba muy nerviosa, pasé una noche de verano estupenda.
Sin embargo, no ví ninguna
relación con los últimos tres acertijos
que encontré, hasta que.... de un día para otro me encontré
disfrutando de tres increibles musicales.
Recordando el primer acertijo
que decía, “Al escucharme reirás y llorarás, pero muy bien te lo pasarás.”
Marc, ¿a qué te suena esto?
Claro, es el Musical de
Sonrisas y Lágrimas. Mis padres me hicieron
el regalo de disfrutar de este musical para mi cumpleaños.
Te puedo asegurar que me reí mucho, y no se lo digas
a nadie, pero también solté alguna que otra lagrimilla.
El segundo acertijo, “Si dejas volar tu imaginación volarás a un lejano país.”, se hizo realidad,
cuando unas semanas después me llevaron a ver el Musical de Peter
Pann. Aunque de pequeña, ya
lo había visto, mi hermana no, y me lo pasé muy
bien viendo disfrutar a mi hermana.
Sobre todo, lo que más me gustó
fue cuando Peter Pann en persona nos firmó el CD
del musical.
Y el tercer acertijo, “Un rujido en la selva despertará todos tus sentidos”, aunque en un
sueño creas estar.” ha sido el más fantástico
de todos.
En la Gran Vía de Madrid, en el
Teatro Lope de Vega disfruté del
Musical de El Rey León.
Marc, aunque quisiera explicarte lo fantástico que es, no puedo, has de ir a verlo.
Me parecía increíble poder
estar en Madrid, para disfrutar de un
musical. Al tiempo me dio la oportunidad de poder visitar lugares preciosos de la ciudad y conocerla
un poco más. Lo que ví, ya te
lo contaré en otra ocasión.
Desde
entonces Marc, ya no he encontrado ningún acertijo de felicidad, pero he seguido disfrutando de momentos maravillosos. Creo que todos
podemos crear nuestros propios acertijos
de felicidad, sólo hay que querer ser
feliz.
En la playa, disfrutando del
verano, de una comida con la familia
y los amigos, de esa victoria de la selección de tu país, todo son pequeños acertijos de
felicidad que nos hacen sentir
bien, y olvidarnos de lo malo.
Sonreír siempre, aunque las
cosas no salgan como tú querías, es un
ingrediente fundamental para lograr alcanzar la felicidad.
Marc, por eso siempre estoy
preparada para descubrir nuevos acertijos
que me hagan feliz.
Junto a esta gran aventura que
te he contado, te envío dos recetas
de cocina. Sé que te van a gustar, y espero que la próxima vez que nos veamos, aunque vives muy lejos,
puedas preparar algo para que lo
pruebe.
La primera receta me la ha facilitado
mi padre, yo he probado ya el
resultado, y te puede asegurar que está buenísimo.
SUQUET
DE RAP
INGREDIENTES:
-
aceite AOVE (Aceite de
Oliva Virgen)
- RAPE
- patatas
- tomates
(de la pera y maduros)
- cebolla
- vino
blanco
- almendras
peladas
- pan
tostado
- harina
- pimienta
negra molida
- pimentón
de la vera
PROCEDIMIENTO:
1º- Poner el aceite en la
cazuela y el rape. Sofreír.
2º.- Una vez dorado, se saca el
rape (reservar).
3º.- En el mismo aceite,
sofreír las patatas (cortadas a tacos, 1 por
persona) a fuego lento durante 10 minutos.
4º.- Sacar las patatas
(reservar).
5º.- Preparación del CALDO (la
noche antes, cocer durante 10 minutos
y colar):
- media
cebolla y medio tomate
- aceite
- cabeza
de rape
- pescado
(morralla)
- 4
vasos de agua
6º.- Preparar la PICADA (1º
sofreír en una sartén y luego al mortero
bien picado con un vaso de fumet o caldo):
-
aceite AOVE
- almendras
- pan
tostado
7º.- Preparar el SOFRITO
(cazuela de barro): fuego medio- bajo
(15 minutos).
- Ajo
y perejil
- tomate
natural rallado maduro (tomate pera)
- media
tacita (café) de buen vino blanco.
- aciete
AOVE (5/6 cucharadas soperas)
- sal
- pimienta
negra molida
8º.- Añadir al sofrito los
ingredientes de la picada y dejar hervir
furante unos 5 minutos.
9º.- Preparación FINAL. Añadir
al sofrito y la picada:
- el
caldo
- un
poquito de pimentón de la vera
- las
patatas
- el
rape
- cubrir
con una tapa
- dejar
cocer durante 20 minutos.
10º.- Dejar reposar durante 5
minutos para que se mezclen los sabores
y a emplatar.
Por cierto, para que veas el resultado
ahí tienes una foto de la que
preparó hace poco mi padre. Estaba buenísimo.
La siguiente receta es mía,
claro como ya habrás adivinado se trata
del postre.
HELADO
DE COCO NEVADITO.
INGREDIENTES
(para 4 personas):
- 100
g. de coco rallado
- 100
g. de azúcar en polvo
- 40
a 45 cl. de leche de coco
- 2
hojas de gelatina
- 1
clara de huevo
PROCEDIMIENTO:
1º.- Pon el coco rallado en un
cuenco junto con la mitad del azúcar
en polvo. Báñalo con leche de coco y deja que repose durante un par de horas.
2º.- Pon en remojo las hojas de
gelatina en un bol de agua fría.
3º.- Mientras tanto, echa el
resto del azúcar en una pequeña cacerola
condos cucharaditas de agua. Pídele a un adulto que lo caliente a fuego suave hasta que adquiera consistencia de jarabe después de añadirle,
fuera del fuego, la gelatina escurrida
removiéndolo bien para disolverla.
4º.- En un cuenco grande, bate
la clara de huevo al punto de nieve
y agrégale el jarabe poco a poco batiéndolo suavemente.
5º.- Añade el coco rallado y la
leche, a cucharadas, removiéndolo
con cuidado.
6º.- Vierte la mezcla en un
recipiente que soporte el frío y mételo
al congelador durante cuatro horas.
Marc, a que
tiene buena pinta. Ahora que hace tanto calor, apetece
muchísimo.
Bueno Marc, ha llegado la hora de la
despedida. Espero que me envíes tus propios
acertijos de felicidad, que se que los tendrás y muchos.
FDF
Como ves, lo que te decía al
principio tiene sentido. La suma de todos
esos momentos inolvidables forman la Felicidad. Por lo tanto, Marc, súbete al tren y añade vagones o momentos
de felicidad a tu vida.
Un ABRAZO ENORME, Tu gran
amiga,
Aida
Ibáñez Simó.
MUCHAS GRACIAS AIDA POR TENER ESA SONRISA QUE NOS DA FELICIDAD A QUIENES LA RECIBIMOS.
ResponderEliminarGRACIAS TAMBIÉN POR TU TRABAJO QUE NOS HA ENRIQUECIDO DÍA A DÍA.
UN BESO